Museo Nacional de Bellas Artes de
Neuquén
Este museo, sin duda uno de los más destacados del país, es la niña bonita de
Neuquén. Fue inaugurado en 2004, para el primer centenario de la ciudad, y es la única sede de este museo en el interior del país. La sede central está en la Recoleta, con las salas desbordadas y el patrimonio sin exhibir en los sótanos; Oscar Smoljan, director de la filial neuquina, impulsó el proyecto pensando en sacarle el jugo a ese patrimonio y federalizar el arte. Hoy 250 obras de arte europeo, argentino y latinoamericano se muestran orgullosamente en el Parque Central. Algunos imperdibles:
Orquesta Típica, de Berni; El Hundimiento del Santos Vega, de
Quinquela Martín; La Visita, de Horacio Buttler; Asalto a la 4ta. columna argentina a Curupaytí, de
Cándido López; La siesta, de Bernaldo de Quirós; La Pampa, de Pedro Figari; Predicador, de
Xul Solar; Composición, de Raquel Corner; Pueblito, de
Tarsila do Amaral, entre muchos otros.
El edificio en sí mismo es imponente: una especie de caja de zapatos hipermoderna que fue proyectada por el arquitecto Mario Roberto Álvarez y recibió el premio mayor de la Bienal Nacional de Arquitectura 2004.
Además de la colección permanente, pasan por el museo excelentes muestras temporarias, como las de
Picasso, Antonio Berni y
León Ferrari, entre muchas otras. Vale destacar que la entrada es gratuita.
Museo Las Lilas de
Areco
En San Antonio de Areco y con el objetivo de brindar un espacio para unir arte, cultura y tradición, la Fundación Las Lilas creó en 2009 el Museo Las Lilas de Areco. Se presenta allí una valiosa selección de obras originales del popular Florencio Molina Campos.
Montado en la antigua Casa Passaglia, dos grandes salas fueron acondicionadas para exhibir cronológicamente los diferentes períodos en que se divide la obra del artista. Acuarelas, Pasteles y Témperas junto con afiches publicitarios, chapas y algunos objetos personales componen el patrimonio, que suma unas 70 obras, curadas por Marcos Bedel.
Además de una tienda, la visita concluye con un paso por el bar cafetería en el que se animan unas esculturas teatralizadas por Fernando Pugliese, mientras se escucha la locución realizada por Luis Landriscina. A sólo 113 km de Buenos Aires, merece la visita.